En esta entrada seguimos con la serie «Alternativas hacia un futuro sostenible» iniciada en una entrada anterior:
- Parte 1. Presentación del Problema
- Parte 2. Eficiencia Energética
- Parte 3. Energías Renovables
- Parte 4. Reducción del consumo de Energía Final
Parte 3. Energías Renovables
Una posible solución pasa por incorporar producción de energía final mediante energías renovables, de modo que se podría ir sustituyendo gradualmente el consumo de recursos fósiles. Entre los incontestables beneficios se tiene un menor impacto ambiental y un menor requerimiento de recursos energéticos y materiales.
Sin embargo, si bien es cierto que en la última década hemos vivido un crecimiento exponencial de las tecnologías renovables, especialmente fotovoltaica y eólica, tal como se ha visto anteriormente, estas no representan más que poco más del 1% del abastecimiento energético global. En la siguiente gráfica se ve la evolución del consumo global de energía primaria donde la presencia de las energías renovables (área verde oscuro) pasa completamente desapercibida.
Fig.1 Evolución del suministro energético del planeta (Fuente: IEA)
Si analizamos el ámbito estatal, las renovables se han topado, desde el año 2008, con muchas trabas desde el punto de vista regulatorio y de retribución económica. Este hecho ha supuesto un incuestionable freno al desarrollo de las tecnologías renovables. Sin embargo este no ha sido el caso de otros países y aun así, la presencia sobre el abastecimiento total del energía es pŕacticamente testimonial. El abogar por una transición renovable que sustituya el resto de combustibles es algo que hay que analizar con cuidado, sobre todo cuando nos olvidamos del resto de agentes de la ecuación del suministro energético, que se recuerda a continuación.
Más allá de abrir el debate sobre la posibilidad real de una transición renovable que olvida el resto de elementos de la ecuación, es necesario echar un vistazo a la capacidad que tienen las renovables de aprovisionarnos de energía neta. Con otras palabras, la energía disponible para la sociedad una vez descontadas las inversiones energéticas necesarias para ponerlas en funcionamiento.
Para ello, es de sumo interés el siguiente gráfico donde se presentan de modo comparativo las tasas de retorno energético, TRE o EROI, de distintas fuentes energéticas, tanto fósiles como renovables.
Fig.2 Valores de Tasa de Retorno Energético de distintas tecnologías (Fuente: Tullet Prebon)
La TRE nos da una idea de la producción neta de un recurso, relacionando la producción total a lo largo de la vida útil con las necesidades de energía totales para que dicha producción sea posible, cubriendo fabricación, transporte, mantenimiento, etc. Se puede observar que las energías renovables, para el caso más favorable de la energía eólica, ofrece una TRE de alrededor de 15, es decir, que para producir 15 unidades de energía eólica es necesario una unidad de energía de energía convencional.
Entonces, por un lado tenemos una estructura energética totalmente dependiente en recursos fósiles, y por otro, la necesidad de recurso fósil para el desarrollo renovable. Es esto lo que se conoce como la trampa de la energía o “energy trap”. Esto viene a decir que, un gran potenciamiento de las renovables como estrategia a largo plazo para mitigar el cambio climático y/o pico de recursos, podría tener inconvenientes a corto plazo en el consumo de energía fósil. Esto es especialmente así, porque la inversión de energía fósil se hace el año 0 y la amortización de energía renovable se da a lo largo de la vida útil de la planta, lo que permite hablar de Payback energético tal como se muestra a continuación.
Fig.3 Representación gráfica del Payback energético (Fuente: oilprice.com)
Podemos por lo tanto decir que si bien las renovables son necesarias, difícilmente serán una solución total si no actuamos sobre el resto de variables y si no se realiza una transición radical y con tiempo.
¿Se puede hablar de un límite de las renovables? Que cada uno ofrezca su respuesta.