Este 16 de julio, representantes del grupo local SOM Energía Los Alcores, participaron en el taller-mesa redonda a bordo del Rainbow Warrior, organizado por Greenpeace «Cambia la energía, no el clima». Está iniciativa se engloba dentro de su tour europeo «En marcha por el clima» para adoptar medidas para combatir el cambio climático.
La jornada consistió en el acercamiento de cuatro de los quince proyectos en marcha en nuestro país para el abastecimiento de energías renovables. Entre ellos, se abordó el modelo seguido por la Cooperativa Som Energía, pero también las experiencias del Ayuntamiento de Monachil (Granada), de la Mesa de la Transición Energética de Cádiz y de COOPERASE (Cooperativa de Servicios Energéticos).
Todas estas iniciativas tienen en común que parten de la desobediencia civil de unas instituciones comprometidas con el lobby de los combustibles fósiles en detrimento de la ciudadanía y que, da la espalda a la inquietante realidad del cambio climático. De igual manera, todas surgen de la negativa de ser meros usuarios, quieren que la ciudadanía sea parte del proceso de producción, convirtiéndose en prosumidores. Se trata además, de democratizar la energía y de convertir en práctica la teoría de nuestro derecho a ella, usando como brújula la cooperación y la ética de la sostenibilidad.
La creciente toma de conciencia ciudadana ha contribuido a convertir en avalancha la participación en este tipo de iniciativas, especialmente desde la abolición del «impuesto al sol». Con este aún vigente, se preveía que un tercio de las personas en el 2050 produciría su propia energía, por lo que, actualmente con su derogación, la cifra puede dispararse.
El camino a seguir apuntado por los participantes de este foro es una apuesta sin titubeos por las energías renovables, la recuperación de centrales abandonadas de energía hidroeléctrica para el autoabastecimiento municipal, la gestión de la demanda distribuidora, la financiación ciudadana a través de la copropiedad (como la Generación kWh de SOM Energía) o las donaciones energéticas a colectivos en riesgo entre otras medidas.
El papel de ayuntamientos e instituciones pasa por hacer suya está demanda de la sociedad civil tal y como lo han hecho consistorios como el de Monachil, asesorado por la cooperativa sin ánimo de lucro, nacida del Grupo Local de Som Energía de Granada, COOPERASE: sacando a concurso la gestión de energía 100% renovable, instalando placas solares en todos los edificios oficiales y públicos, haciendo corredores verdes como alternativa al coche, promocionando las bicicletas eléctricas como medio de transporte entre sus empleados, creando una oficina municipal de la Energía que asesora, adapta y fomenta el consumo de energías renovables acordé con las necesidades de los vecinos y creando conciencia a través de la formación sobre la eficiencia y el ahorro, fomentando compras colectivas de placas fotovoltaicas para el autoconsumo coordinadas desde el consistorio, ofreciendo asesoramiento a domicilio, reducciones fiscales y subvenciones.
Otras medidas igualmente factibles e interesantes son las puestas en marcha en Cádiz para la Transición energética, que ha conseguido que desde 2017, la electricidad de la ciudad tenga 100% origen renovable e incluso haya recibido premios internacionales. Estás acciones pasan porque la distribuidora energética sea pública o semipublica y de la misma localidad, la creación de una mesa de la Energía ciudadana apoyada por el ayuntamiento y coordinada con este pero con un funcionamiento independiente, la puesta en marcha de un bono social que combata la pobreza para quienes no tienen acceso al estatal o jornadas de concienciación.
Está claro que el cambio es más que posible y sobre todo urgente y necesario pero requiere la aceptación social y el papel potenciador de las instituciones para economizar los plazos en una lucha a contrarreloj con el cambio climático.
La rentabilidad social, medioambiental y económica de las iniciativas expuestas están más que demostradas. A modo de ejemplo, conviene saber que con una instalación fotovoltaica de 3kW, se obtiene un ahorro del 40% de la energía eléctrica de una vivienda tipo.
Algunas personas ya hemos empezado una transición imparable pero sabemos que, cada cual frenamos o potenciamos el calentamiento global con nuestra actitud y por eso, todos/as debemos ser solución a él.
Es genial! Una gran iniciativa para el bien común y del planeta!