Esta semana se ha celebrado la subasta del régimen económico de energías renovables, que establece y garantiza una retribución concreta de la energía de las plantas de generación renovable para los próximos 12-15 años. La cooperativa Som Energia denuncia que el mecanismo que regula la subasta deja fuera comunidades energéticas y proyectos pequeños. Lamenta que, una vez más, no se haya facilitado el acceso a este régimen económico a quienes apuestan por una generación realmente distribuida, social y en manos de la ciudadanía, aunque en noviembre abrieran la puerta a que fuera así.
Hace dos meses salió a la luz el Real Decreto 960/2020, que regulaba el régimen económico de los proyectos de energías renovables. Este Real Decreto autorizaba a la futura Orden Ministerial que regulara el mecanismo de subasta a poder tener en cuenta las particularidades de los proyectos de participación ciudadana, como las comunidades de energías renovables, a fin de que éstas pudieran competir por el régimen económico a un nivel de igualdad con los otros participantes del mercado. También abría la puerta a que las instalaciones de pequeña magnitud (con una potencia instalada inferior a 5MW) pudieran acogerse al régimen económico de energías renovables sin tener que participar en la competición que supone la subasta. Acceder a este régimen económico de energías renovables supone tener la certeza de que se podrá vender la energía a un precio determinado durante los próximos años, y no depender, por tanto, de la volatilidad del mercado.
La cooperativa de energía renovable lamenta que, ni en la OrdenTED / 1161/2020 de 4 de diciembre, que regulaba el primer mecanismo de la subasta, ni en la Resolución de 10 de diciembre de 2020, donde se convocaba la primera subasta, no se mencionan ni «comunidades energéticas» ni «proyectos de pequeña magnitud».
Som Energia no tenía ninguna expectativa puesta en esta subasta, pero aún así ha participado elaborando una oferta honesta y ajustada en función de las características de las pequeñas plantas de generación. Se ha presentado a la subasta con un proyecto de poco menos de 3 MW, y ha tenido que competir con las grandes eléctricas habituales y los nuevos actores que quieren entrar en el sector con proyectos y plantas de gran tamaño, y que pueden presentar ofertas con precios mucho más bajos. Como previeron en la cooperativa, Som Energia no ha sido adjudicataria.
La cooperativa denuncia que, con esta subasta, el gobierno no promueve un modelo de generación distribuida sino que continúa fomentando su concentración en grandes proyectos. No garantiza un equilibrio territorial ya que concentra todos los proyectos en las zonas de más recurso, lo que crea tensiones y diferencias territoriales, así como falta de eficiencia y pérdidas en el transporte y la distribución de la energía, entre otras desventajas. Tampoco promueve un modelo en manos de la ciudadanía, y con la participación e implicación de la gente del territorio, sino que premia la concentración en pocas manos. Desde Som Energia esperan que en las próximas subastas sí se tengan en cuenta todos estos aspectos.
Para más información: comunica@somenergia.coop.
Visita de personas socias a la planta de Fontivsolar, de la cooperativa Som Energia.