El objetivo ideal de la cooperativa de energía verde es alcanzar los 15 millones
Som Energia ha conseguido, en tres semanas, 10 millones de euros en forma de aportaciones al capital social voluntario. Esta cifra se ha alcanzado gracias a las aportaciones que han realizado más de 5.000 personas y entidades socias de la cooperativa. Llega, pues, al objetivo inicial, que según explicaba la cooperativa de energía verde en un comunicado, era conseguir 10 millones; de todas formas, el objetivo ideal de Som Energia es llegar a los 15 millones (las aportaciones todavía están abiertas, quien quiera todavía está a tiempo de hacer su aportación).
Raimon Gassiot, experto en financiación de cooperativas y miembro de la cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios Coop57, comenta que “la respuesta a la campaña de aportaciones al capital social es un buen ejemplo de la fuerza de la base social y del compromiso de la ciudadanía hacia la cooperativa y, obviamente, también un reflejo del buen trabajo que está haciendo Som Energia”.
El motivo de esta nueva emisión de capital social es que la subida de precios del mercado eléctrico ha hecho aumentar considerablemente la cantidad de dinero que la cooperativa debe avanzar a diferentes organismos para poder llevar a cabo su actividad en el mercado eléctrico.
Por un lado, los pagos del coste de la energía se han incrementado repentinamente, por lo que la cooperativa debe avanzar este coste antes de poder recuperarlo a través de los cobros. Por otra parte, se han incrementado también las garantías que deben depositarse para comprar la energía (mecanismo requerido por el mercado eléctrico).
Aparte, una de las medidas del gobierno para mitigar el aumento de la factura de electricidad en los hogares fue la de rebajar el IVA del 21 al 10%. Se trata de una medida largamente demandada (no tratar la electricidad como bien de lujo, sino como bien esencial). Pero la rapidez con la que se ha aplicado ha provocado que las comercializadoras tengan que estar sosteniendo la diferencia durante unos meses, pues siguen debiendo pagar un IVA del 21%. Som Energia calcula que, de mantenerse la situación actual de altos precios de la luz, a finales de año Hacienda le deberá cerca de 10 millones de euros, con el impacto que ello conlleva sobre la tesorería de la empresa.
Desde la cooperativa lamentan que, a la hora de instaurar cambios, éstos se realizan con poca previsión y poca información previa, y sin contemplar medidas atenuantes. Esto dificulta la adaptación, especialmente a las comercializadoras más pequeñas, que deben aumentar repentinamente su fortaleza financiera hasta el momento en que puedan recuperar el dinero adelantado.
“Ya con el IVA del 10% el cambio fue muy rápido, y lo mismo ocurrió con las medidas del gobierno de rebaja del impuesto eléctrico y descuento de los cargos. Han sido cambios que requieren la adaptación de los sistemas internos y la realización de comunicaciones adecuadas y comprensibles para quienes tienen contrato con nosotros. En cambio, son publicados un día antes de su entrada en vigor, lo que nos dificulta mucho su adaptación”, denuncia Lorena Quiñones, del equipo económico de Som Energia. Quiñones añade que, “además, aparte del retraso en el envío de los datos de consumo de un buen número de contratos por parte de las grandes distribuidoras (con autoproducción activada), ahora nos encontramos con que los datos llegan con errores, lo que dificulta un proceso de facturación regular y sin errores”.
“En lugar de dar liquidez a pequeñas comercializadoras que por culpa de los altos precios sufren problemas de liquidez (y no de solvencia), el gobierno está quitándonos liquidez”, explica Albert Banal, miembro del Consejo Rector de Som Energia. Y añade que «estamos financiando el gobierno, en lugar de que el gobierno nos financie a nosotros«.
Desde Som Energia denuncian que esta situación excepcional de falta de liquidez, cuando la salud económica de la cooperativa es muy buena, y no hay previsión de pérdidas, responde a las estructuras y mecanismos del mercado eléctrico que perjudican, una vez más, la consolidación de nuevos actores en el sector. Se trata, de nuevo, de más impedimentos y dificultades para que el mercado eléctrico esté repartido, lo que hace que el poder se siga concentrando en unas pocas manos.
Crítica al precio de la energía
El mecanismo de fijar precios en el mercado mayorista diario de la energía hace que se dependa demasiado del precio de la tecnología más cara, que en estos momentos es el gas. Ésta es la que marca el precio para todas las tecnologías. Aparte, dado que los grandes grupos empresariales tienen una presencia determinante en la producción de energía (y, por tanto, en la fijación de los precios en el mercado mayorista), el propio sistema es susceptible de ser condicionado por estos grandes grupos.
La presencia de mayor energía renovable desplazará la capacidad de otras tecnologías (como el gas o la hidráulica) de fijar el precio. Pero si esta generación renovable sigue en las mismas pocas manos del oligopolio, los precios del mercado no reflejarán el coste real de la producción de energía limpia, sino que se incrementarán por otros intereses. Si la producción está en manos de la ciudadanía (a través, por ejemplo, de cooperativas como Som Energia), será mucho más fácil hacer presión para conseguir unos precios más bajos y justos, que no incluyan beneficios económicos exagerados ni intereses particulares.
Si quieres aportar tu granito de arena al cooperativismo para transformar el modelo energético, puedes hacer tu aportación a través de este web, simplemente rellenando los datos.