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Los miembros del Consejo Rector de Som Energia destacan el impacto transformador de la Escuela
El pasado fin de semana tuvo lugar la [esc]hola, un encuentro bianual que este año ha superado todas las expectativas al sumar cerca de 300 asistentes. Más que un espacio formativo, la [esc]hola (escuela) se ha consolidado como un sitio de reflexión colectiva, emoción e intercambio de ideas para construir un futuro más sostenible. A continuación, destacamos algunas de las reflexiones más inspiradoras que nos han dejado Jaume Josa, Sílvia Garcia y Càrol Coll, miembros del Consejo Rector de Som Energia.
Un espacio para reflexionar y aprender
«La [esc]hola no es sólo un lugar para formarse, sino para conectar con otras perspectivas e imaginar el futuro juntos», explica Sílvia Garcia. Las actividades creativas, como los talleres que invitaban a imaginar el mundo desde 2044, han sido especialmente impactantes. “Cuando te emocionas, aprendes de una forma diferente, más profunda. Este formato te permite no solo pensar, sino sentir y transformarte”, añade.
En la misma línea, Jaume Josa remarca que la [esc]hola es un espacio para vivir los valores de Som Energia: «Es una experiencia que nos ayuda a entender que somos mucho más que una cooperativa energética.» Los contenidos, que abordaron temas tan diversos como la crisis ecosocial o la construcción de imaginarios positivos, se combinaron con momentos de convivencia que, según Càrol Coll, son esenciales para mantener vivo el espíritu del movimiento cooperativo: “Estos encuentros nos recuerdan que no estamos solos y que hay mucha gente trabajando en la misma dirección.”
Una [esc]hola más diversa
Uno de los logros de esta edición ha sido la diversificación del público. Según Josa, se ha notado una mayor presencia de gente joven y una participación más equilibrada en cuanto a género. Esta diversidad ha aportado nuevas perspectivas y ha enriquecido las discusiones: «Ver gente de todas las edades conectada con este espíritu transformador da esperanza e ilusión.»
Un principio inspirador: Yayo Herrero y Maristella Svampa
La [esc]hola empezó con una ponencia inaugural a cargo de dos voces destacadas del pensamiento ecosocial: Yayo Herrero y Maristella Svampa. Con sus discursos, lograron captar la atención de todo el público y ofrecieron una visión potente sobre la urgencia de actuar. “Pusieron mucho énfasis en la idea de que es posible cambiar el rumbo de las cosas”, destaca Coll. Además, señalaron la importancia de transformar las emociones negativas, como la rabia, en motores de cambio: No podemos dejarnos arrastrar por el pesimismo; debemos aprender a actuar desde la esperanza.
Estas reflexiones iniciales marcaron el tono del resto del encuentro, estableciendo un marco de trabajo basado en la acción y la imaginación colectiva.
Sinergias entre cooperativas
Uno de los aspectos más destacados de esta edición ha sido la colaboración con las cooperativas Somos Conexión i Som Mobilitat. Para Josa, esta alianza simboliza la fuerza de los valores compartidos: «Es la primera vez que hacemos la Escuela conjuntamente, y ha sido muy enriquecedor ver cómo necesidades diferentes -energía, telecomunicaciones, movilidad- pueden confluir en un mismo objetivo transformador.»
En la reunión entre los Consejos Rectores de las tres cooperativas también fue una novedad muy valorada. «Nos hemos encontrado para compartir inquietudes y experiencias, y eso nos ha permitido detectar sinergias y ver cómo podemos ayudarnos mutuamente», explica Garcia. Y Coll lo resume así: «Es un primer paso que nos permitirá, a largo plazo, establecer colaboraciones aún más sólidas.»
Imaginación y esperanza por un futuro mejor
Un tema central de esta [esc]hola ha sido la importancia de la esperanza y de mantener una mirada positiva hacia el futuro. «Es fácil caer en el pesimismo ante la situación actual, pero necesitamos imaginar escenarios de cambio real que nos motiven a actuar», afirma Coll. Esta idea se puso en práctica en diversas actividades, como el ejercicio de imaginarse en 2044 recordando el camino recorrido hasta conseguir una sociedad más justa y sostenible.
Garcia destaca la importancia de trabajar las emociones en este proceso: “Es necesario transformar la rabia y la frustración en motor de cambio. La esperanza no es un regalo, sino un ejercicio activo que nos empuja a seguir adelante.” Para Josa, este espíritu se refleja en la propia esencia de la [esc]hola: «Es un espacio que te da energía y te recuerda que es posible construir un mundo mejor.»
Un camino para crecer y consolidar el movimiento
La [esc]hola no solo impacta a nivel personal, sino que también desempeña un papel estratégico para el crecimiento del movimiento cooperativo. «Este tipo de iniciativas hacen que Som Energia sea más atractiva para nuevas personas socias y contribuyen a fortalecer la cooperativa», señala Josa.
Y es que la [esc]hola es un espacio para aprender, emocionarse y crear vínculos que perduran más allá de los tres días de encuentro. Con una organización que se ha reinventado, la [esc]hola se ha convertido en una herramienta esencial para imaginar y construir el futuro que deseamos. Porque, como recuerda Garcia, «el cambio no viene sólo de pensar o actuar, sino también de soñar y conectar con los demás.»