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Hace seis años iniciamos nuestro primer pequeño proyecto de 99 kW de potencia, placas fotovoltaicas en una cubierta de Lleida, que sigue dando electricidad verde anual a unas 100 familias.
Allí empezaba nuestra aventura como cooperativa productora de energía, sin saber muy bien dónde nos metíamos y con la clara convicción de que este debía ser un rasgo distintivo de Som Energia: producir nuestra energía con instalaciones propias.
Gracias al esfuerzo de las personas socias, hoy tenemos un total de ocho instalaciones fotovoltaicas sobre cubiertas, una instalación fotovoltaica en el suelo, una central minihidráulica y una planta de biogás. Actualmente producimos casi 10 GWh/año (el equivalente a suministrar a unas 4.000 familias), que sólo representa el 5,55% de la energía que comercializamos desde Som Energia a los más de 55.000 contratos. Podéis consultar más información sobre los proyectos en el siguiente enlace.
Tenemos el compromiso de producir el 100% de la energía que consumimos en la cooperativa y por eso no paramos de trabajar para encontrar nuevos proyectos. Recordemos que precisamente este es un rasgo diferenciador de nuestra cooperativa respecto otras comercializadoras: producir nuevos kWh verdes (no sólo conseguir las garantías de origen de la producción de terceros), esto nos da una mayor trazabilidad y control de la producción.
En este momento se están estudiando diferentes proyectos que en total suman casi 70 MW de potencia, os iremos informando.
Hoy, sin embargo, queremos compartir con vosotras un poco nuestro día a día como cooperativa de producción de energía verde y animaros a seguir participando a través del Generation kWh o de las aportaciones al capital voluntario que podamos abrir. Es gracias a vuestras aportaciones que el cambio se vuelve real.
¿Qué implica producir energía?
La tarea de producir energía renovable propia implica una dedicación importante, tanto a nivel técnico como administrativo. Cada tecnología necesita unos trabajos de operación y mantenimiento diferentes, que hemos podido ir definiendo y consolidando a lo largo de este tiempo. El trabajo y coste de gestión de las instalaciones más pequeñas no necesariamente es más simple, ya que muchas tareas administrativas son estándares y comunes en todas las instalaciones (seguros, prevención de riesgos, memorias y declaraciones, etc.).
¿Qué pasa una vez se pone en marcha la instalación?
La operación y mantenimiento de las instalaciones se contrata a empresas externas, a excepción de la mini hidráulica de la Valteína (Valladolid), donde tenemos un trabajador propio, pero aún así el seguimiento por parte del equipo es diario. Algunas de las tareas que hacemos son el control de la producción, las reuniones de seguimiento con las empresas, la aprobación de mejoras e inversiones, el seguimiento de presupuestos o la gestión de incidencias y es precisamente este último punto el que sorprendentemente nos genera más trabajo y nos está aportando más aprendizajes.
¿Cuáles han sido las principales incidencias?
A continuación os explicamos las incidencias que hasta hemos ido encontrando en relación con cada tipo de tecnología:
Los parámetros más determinantes son la radiación solar y el rendimiento de los equipos, así como su vida útil. Si bien es la tecnología más sencilla de mantener, ya que una vez la planta se pone en marcha la planta las tareas de mantenimiento están suficientemente definidas, tampoco está libre de imprevistos, como estos con los que nos hemos encontrado: Las plantas fotovoltaicas en cubierta son más pequeñas, pero el trabajo de mantenimiento es similar a la de los proyectos sobre suelo. En estos casos es importante la relación con los propietarios de las azoteas para garantizar los accesos y el estado de la cubierta.
La minihidráulica tiene su complicación porque hay partes móviles que necesitan un mantenimiento cuidadoso y en este caso, además, tienen que enfrentarse a todo lo que arrastra el río (hojas, ramas, desechos…). Por eso conviene que cuenten con sistemas automatizados que prevengan averías provocadas por ello. Mantener el caudal del agua y el salto óptimo es determinante para la producción. Algunas de las incidencias que nos hemos encontrado son: La complejidad de esta tecnología viene dada por la cantidad de variables que entran en juego, como la velocidad de las reacciones químicas, la disponibilidad de residuos, o la gestión del digestato (el producto residuo resultante), entre otros. Esto implica un control diario de las materias primas que entran en la planta, sistemas de agitación, trasvases, etc. A cambio, nos permite generar constantemente, incluso cuando las otras plantas están paradas por falta de sol, viento y/o agua. Estos son algunos de los incidentes más relevantes que hemos vivido: Aún no podemos explicar cómo es nuestro día a día en cuanto a la eólica, pero ¡esperamos poder hacerlo pronto! Sabemos que el mantenimiento de los aerogeneradores implica trabajos bastante intensivos para garantizar los 25 años de operación previstos, así que será todo un reto.
Esperamos que este pequeño relato de nuestra experiencia en la actividad en producción de energía verde os haya gustado. Nos hemos encontrado con algunas desventuras, pero no todo es negativo, cada instalación es una nueva fuente de energía renovable y de aprendizaje para los nuevos proyectos. Con esta noticia estrenamos la nueva categoría de «Proyectos» del Blog, en la que os iremos informando de cómo evolucionan. Pronto os explicaremos los nuevos retos que tenemos en la producción de energía verde y os compartiremos las producciones de nuestras instalaciones en tiempo real.Fotovoltaica
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